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El entrenamiento en suspensión se basa en ejercicios realizados con el peso del propio cuerpo, lo que implica el trabajo coordinado de todos los músculos en cadena y no de forma aislada o analítica.
Este tipo de entrenamiento proporciona una ventaja muy importante en comparación con el entrenamiento de fuerza convencional, ya que de cada ejercicio del entrenamiento en suspensión desarrolla la fuerza funcional al mismo tiempo que mejora la flexibilidad, el equilibrio y la estabilidad de la parte central del cuerpo (abdomen), tal como se exige en cualquier actividad deportiva o en la vida cotidiana. El entrenamiento en suspensión te ofrece el trabajo multidimensional de movimientos que tiene el cuerpo humano con ejercicios útiles, eficaces y seguros para las personas con todos los niveles de condición física.



¿Qué aporta esta actividad?



Fuerza: para generar y controlar el movimiento en un entorno inestable. La estabilización del tronco es requerida para mantener una correcta alineación y posición corporal.

Equilibrio: el entrenamiento en suspensión sitúa al cuerpo en una situación de desestabilización lo que exige el desarrollo de la conciencia corporal para permitir que el tronco y otros estabilizadores articulares mantengan el centro de la gravedad dentro de su base de apoyo.

Potencia: este tipo de entrenamiento exige movimientos coordinados e integrados ofreciendo variaciones específicas de cada deporte que precisa de potencia y agilidad, pilares de las condiciones atléticas de cualquier deporte.